La vida en el rio era como una película que pasaba frente a mí. El tráfico fluvial era incesante, barcas con familias, transportando agua, cocos…
Por eso los embarcaderos se sucedían como «paradas del bus fluvial».
El arroz es uno de los principales alimentos, obtienen hasta 3 cosechas al año. Los arrozales secos son los del año anterior.
Los húmedos son de este año. Las bandadas de pájaros hacían dibujos en el aire.
Llaman Kingfisher a este pájaro de pico ancho que pesca en el rio.
El portugués Vasco da Gama conquistó esta parte de la India y después vinieron los holandeses, por eso hay muchas iglesias católicas y protestantes muy coloridas.
La vida seguía mostrándose. Un patio con ocas, una pequeña «tienda de barrio», un bohío entorno a una palmera, una mujer sentada después de tender su colada, un centro de medicina ayurvédica…
Al atardecer todas las barcazas turísticas amarramos para pasar la noche.
Las escenas continuaban. Familias con niños jugando o bañándose, hombres con su características faldas- pareos, recogidas o largas.
Cerca de mi barcaza un señor mayor se bañó vestido y a la vez lavó su ropa. Después se la volvió a poner y chorreando se fue feliz a su casa.
Por la mañana después del desayuno desatracamos e iniciamos el regreso.
Al llegar al final del recorrido me chocó la verticalidad hotelera de Allepey.
…y añoré la horizontalidad relajante y encantadora de los canales.
La experiencia de contemplar la sencillez vivida con felicidad y naturalidad encierra una gran lección de vida……
…….y la absorbí a tope, la India es una gran escuela.